top of page
                                                       "BURATTINI"
 

Burattini, palabra italiana, extraña; qué puede significar….

 

No es un cuento de hadas, ni una historia de princesas, es una historia real.

La historia de unos títeres… o mejor aún, de unas personas que se convirtieron en títeres.

Se dejaron llevar, se dejaron manejar, se dejaron hacer…dejaron de sentir, de luchar, de vivir.

La carne se convirtió en madera, la piel en pintura, las ropas en trapos viejos, y los sueños en nubes de humo en el cielo de Madrid y que llamamos contaminación.

Es la historia de ellos, de los que no siguieron sus ideas, no lucharon por sus creencias y no se dejaron llevar por sus sentimientos.

Al final, es más fácil seguir la rutina que cambiar el rumbo, es más fácil quedarse en el mismo sitio, y que las cosas vengan. Y es más fácil poner excusas, que darlo todo sin saber cual va a ser el resultado.

Ellos ya no hablan, no fluyen, no pierden el control porque es el control quien ha ganado el juego.

Se dejan llevar, o mejor, se dejan ganar por aquellos que parecen poderosos, eso es, solo parecen.

Se dejan dominar por quienes se creen superiores, por quienes, en definitiva, se creen algo.

Gente que aspira a ser bombón, y no llega a Lacasito.

Gente que vive a dos palmos por encima de los demás, y visualiza al resto de mortales como si fueran hormigas.

Pero, todo lo que sube, baja; solo hay que esperar que las leyes del tiempo cumplan su función.

Todos ellos manejan los hilos. Hilos que no se ven, pues son invisibles, pero sujetan a cada “Burattini”, a cada títere que un día, por cansancio o falta de ganas, se dejó hacer, se dejó vencer.

Los convierten en marionetas a su antojo.

Y los títeres no rechistan, no se revelan, mantienen su buena cara y su media sonrisa formal.

Mientras tanto, su cuerpo de madera flota, pero su miedo pesa.

 

Ese miedo que viene de nuestra parte más animal, que no nos deja pensar. Y, en cierta manera, es natural tener miedo. Lo que no es natural es que el miedo domine.

 

 

Sin embargo, nadie mejor que un títere conoce su propia historia, y por eso intentan cortar los hilos que los mantienen vivos, pero a la vez los hacen inertes.

 Son justo esos hilos que nos atan al suelo y no nos dejan escapar cuando lo necesitamos.

Pero, ¿has intentado cortar los hilos? ¿o te has convencido a ti mismo que esos hilos te mantienen a salvo?

Quizá el problema no sean los hilos.

Mientras tanto, ellos Intentan desprenderse, buscar otros caminos; pero nada cambia mientras no sientan que existe ese ALGO en su interior, esa actitud indefinible, pero tan poderosa, que supera las circunstancias y las dificultades, y que libera los hilos, y nos da impulso, y nos llena de ganas, y nos hace elegir, porque quien no decide, arde.  Y la madera de títere aviva el fuego.

Pero, ¿Quién es el títere?

 

 

 

 

bottom of page